No más expulsiones ilegales a El Salvador: ¡Devuelvan al maquillador y a los demás hombres!

La istración Trump expulsó ilegalmente a Andry José Hernández Romero, un maquillador gay venezolano, enviándolo a una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
No hubo orden judicial que autorizara su expulsión. No se avisó a su abogado. No tuvo derecho a defenderse ni a impugnar las acusaciones contra él. Ninguna garantía procesal.
Andry no fue el único: más de 200 personas también fueron enviadas ilegalmente a CECOT, una prisión conocida por sus condiciones brutales e inhumanas. El gobierno estadounidense violó una orden judicial cuando envió a Andry y a otros a El Salvador.
Esto es urgente: exige al Secretario de Seguridad Nacional que devuelva inmediatamente a Andry y a todos los demás hombres expulsados, garantice que pueden continuar sus trámites de inmigración en Estados Unidos y detenga cualquier otra expulsión.
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Siento una honda preocupación por las recientes expulsiones ilegales de personas desde Estados Unidos hasta El Salvador en virtud de la supuesta autoridad de la Ley de Enemigos Extranjeros.
A pesar de una orden judicial que lo prohibía, 238 personas fueron expulsadas a El Salvador el 16 de marzo, y otras 17 más el 30 de marzo. Entre ellas se encuentran algunas que eran objeto de procedimientos judiciales en curso, no tenían antecedentes penales ni vínculos con pandillas, o ya habían recibido protección de la ley estadounidense, así como de la Convención contra la Tortura. Muchas fueron expulsadas sin orden judicial, lo cual constituye una violación de los procesos legales establecidos. Resulta inquietante el hecho de que estas personas hayan sido transferidas al Centro de Confinamiento Contra el Terrorismo (CECOT), una prisión tristemente famosa por sus inhumanas condiciones, donde los informes documentan hacinamiento extremo, negación de atención médica y malos tratos generalizados que constituyen trato cruel, inhumano o degradante. Las familias de las personas enviadas ilegalmente a El Salvador no han recibido información oficial sobre el paradero de sus seres queridos, por lo que les resulta imposible saber dónde se encuentran éstos recluidos.
Estados Unidos debe respetar el principio de no devolución (non-refoulement), que prohíbe a los Estados devolver, expulsar o trasladar personas a un país donde corran peligro real de sufrir graves abusos contra los derechos humanos, como detención arbitraria, tortura o malos tratos. Al expulsar a estas personas a El Salvador, el gobierno estadounidense las ha puesto en grave peligro. Cualquier transferencia posterior a Venezuela constituirían violaciones adicionales del derecho internacional.
La insto a traer de vuelta inmediatamente a Estados Unidos a las personas trasladadas ilegalmente a El Salvador, en particular a Andry José Hernández Romero y a poner fin a las expulsiones posteriores, de acuerdo con las decisiones del poder judicial estadounidense.
Atentamente,