“Caos”, “crueldad”, “represión” “devastación”. Parece que a Amnistía Internacional se le agotan las palabras para describir las medidas del gobierno de Trump. ¿Qué efectos están provocando estas medidas, y cuáles serían a su juicio las más perjudiciales?
Bueno, sí, ha sido un inicio caótico, solo llevamos algo más de 100 días de su istración y los ataques contra los derechos humanos han sido muy graves. Todo es grave, pero creo que lo más grave que estamos viendo son los ataques contra las instituciones, contra la judicatura, todos esos ataques al estado de derecho. Trump ha ignorado órdenes judiciales, está atacando abiertamente a jueces que toman decisiones que no van acorde a las políticas que está promoviendo, está tomando decisiones que realmente no están bajo la facultad del presidente. Esto es muy preocupante porque es algo que va a debilitar mucho a las instituciones del estado y que puede tener graves consecuencias dentro de Estados Unidos, pero también en otros países.
¿Alguna vez imaginó que vería situaciones como esta en Estados Unidos? ¿Hasta dónde puede llegar esta deriva autoritaria?
Sí, creo que ha sido sorprendente en el sentido de lo rápido que ha sido y lo cruel también. Porque muchas cosas que están pasando se veían venir en la campaña, o que intentó hacer también en su primer mandato. Pero ahora cada día pasan tres o cuatro cosas graves y eso deja una sensación muy abrumadora. Da mucho miedo lo que puede significar esta presidencia de Trump y cómo puede estar el país dentro de cuatro años porque, por el momento, no se ve que vaya a frenar en ningún momento, y además los ataques cada vez son más graves y contra más sectores de la población.
Quizás albergábamos la esperanza de que los tribunales pudieran frenar algunas políticas. Y, de hecho, hoy hay muchos litigios en marcha y numerosas decisiones judiciales que afirman que lo que está haciendo el presidente es ilegal y contrario a la Constitución. Sin embargo, lo preocupante es que, en algunos casos, esto no parece importar: el presidente Trump ha ignorado órdenes judiciales. Lo vimos, por ejemplo, con la expulsión ilegal de personas venezolanas a El Salvador. Por eso, aunque estos litigios podrían frenar ciertas medidas, resulta muy alarmante comprobar que Trump actúa como si el poder judicial no tuviera autoridad sobre él.
Además de a poblaciones vulnerables, las medidas del gobierno de Trump suponen una amenaza a la libertad de expresión o protesta de cualquier persona, ¿hasta qué punto estas libertades están en peligro actualmente?
Sí, creo que los ataques contra la libertad de expresión han sido muy graves, el caso a lo mejor más emblemático ha sido la situación de estudiantes, especialmente extranjeros, que se han manifestado en contra del genocidio que está ocurriendo en Gaza, y por esto están siendo detenidos, y algunos están en proceso de deportación. Pero además vemos cómo el presidente Trump está atacando directamente a periodistas, por ejemplo limitó el a ciertos medios de comunicación a la Casa Blanca. La persona que ha nombrado jefe de la Comisión Federal de Comunicaciones también está investigando a medios de comunicación y quitando fondos. Eso es muy preocupante porque en un contexto donde hay tanta desinformación del propio gobierno, el papel de la prensa independiente es sumamente importante y vemos que está siendo atacado cualquier medio de comunicación, o cualquier periodista que difunda información contra el gobierno.
Como experta en los ámbitos de la migración y el refugio, ¿cuál considera que ha sido la evolución del derecho de asilo en EE.UU. en los últimos años?
En este tema creo que es importante reconocer que istraciones anteriores también han puesto en práctica políticas que violan los derechos de las personas migrantes y solicitantes de asilo, con el presidente Biden y otros anteriores. Hemos venido documentando muchas violaciones a sus derechos, pero lo que estamos viendo con la istración de Trump son las mismas políticas, pero con una implementación más cruel.
“Las personas migrantes realmente tienen miedo a ser detenidas, a ser separadas de sus familias, a ser deportadas a países donde sus vidas corren peligro.”
Por ejemplo, en la frontera entre México y Estados Unidos ya no es posible solicitar asilo. Antes de la presidencia de Trump, las personas tenían que usar una aplicación móvil para conseguir una cita para entrar a Estados Unidos para solicitar asilo, y esta aplicación tenía muchos problemas. Pero cuando Trump llegó a la presidencia el primer día canceló la aplicación y también las citas programadas, imaginad cómo pueden afectar estas decisiones a la vida de las personas.
En este mismo sentido, el propio presidente habla de que las personas migrantes y solicitantes de asilo son criminales, son violentos. Ha generado un ámbito de miedo en el que las personas realmente tienen miedo por su vida, miedo a ser detenidas, a ser separadas de sus familias, a ser deportadas a países donde sus vidas corren peligro.
¿Qué impacto está teniendo en el día a día de la población migrante estos discursos cargados de xenofobia y muchas veces también de racismo por parte de los dirigentes?
Este discurso racista, enfocado en la supremacía blanca frente a personas migrantes y solicitantes de asilo, por parte de los dirigentes provoca que la población en general también se sienta en libertad o vea que está bien hacer esos tipos de comentarios xenófobos, racistas… Así que han aumentado los ataques, el hostigamiento contra personas migrantes o personas que son extranjeras, o que sus padres o sus antepasados son de otros lugares, aunque ellas lleven mucho tiempo en Estados Unidos. Realmente está generando una situación de mucha xenofobia y mucha discriminación contra cualquier persona que no es blanca.
“Realmente se está generando una situación de mucha xenofobia y discriminación contra cualquier persona que no es blanca.”
Amnistía Internacional está pidiendo firmas para que liberen al activista palestino Mahmud Khalil, ¿En qué situación se encuentra y por qué es importante presionar en estos momentos?
Sí, su caso es uno de los más emblemáticos. Muchos estudiantes de la Universidad de Columbia estaban manifestándose en contra del genocidio en Gaza, él ha sido detenido y ahora está en proceso de deportación, lo que supone un grave riesgo para su vida. Es una persona que tenía un estatuto regular en Estados Unidos, por lo que es un caso muy indicativo porque el gobierno básicamente le ha quitado su derecho de permanencia en el país.
Nosotros lo vemos como un ejemplo del poder que está tratando de mostrar Trump de lo que puede hacer. Es una situación muy grave porque él tiene el derecho de manifestarse, tiene el derecho de permanecer en el país y ahora lleva detenido más de dos meses. Es importante mostrar que hay una solidaridad internacional y que existe una presión internacional sobre lo que le está pasando él, y también a otros estudiantes en situaciones similares. Desde Amnistía Internacional vemos que si podemos mostrar que muchas personas en muchos países del mundo están muy preocupadas y siguen este tema, ojalá haya tanta presión para que el gobierno lo libere y no continúe su proceso de deportación.
¿Qué papel han jugado tanto el gobierno de Biden como el de Trump en el genocidio por parte de Israel a la población palestina?
Sí, creo que la postura de ambos ha sido bastante parecida, en el sentido que con la istración de Biden hubo un apoyo total al Estado de Israel, el envío de armas, y tal vez lo que vimos es un poco más de diplomacia, no sé si real o no, pero al menos un poco de presión hacia el gobierno de Israel en ciertos momentos.
“No hay ninguna esperanza de que el presidente Trump cambie su postura respecto a Gaza.”
Lo que vemos con el gobierno de Trump es claramente una intensificación del envío de armas, ha hecho pronunciamientos de que va a convertir a Gaza en un resort de vacaciones en el Mediterráneo, y que apoya al 100% el gobierno de Israel. Creo que a lo mejor con Biden se veía un poco más de esperanza de que podría tomar otra postura y vemos con el presidente Trump eso claramente no va a pasar.
Aunque puedan ser menores, Amnistía Internacional también ha observado vulneraciones de derechos humanos en Canadá, sobre todo en relación a la población indígena, ¿Cuáles serían las principales vulneraciones que se producen en este país?
Sí, yo creo que con los pueblos indígenas uno de los principales temas es una falta de reconocimiento de sus derechos. Lo vemos en situaciones en las que el gobierno está tratando de promover algún proyecto extractivo y lo impulsa sin tener el consentimiento libre y informado de los pueblos indígenas. También ha habido casos graves de criminalización, como el de tres personas defensoras que están siendo acusadas por defender su territorio contra un gasoducto.
Otro tema que Amnistía ha investigado es el de personas migrantes que van a trabajar a Canadá con visas temporales y hemos observado una situación de explotación laboral, de abusos, de acoso contra esas personas. Es una situación muy grave porque su visa de trabajo depende de su empleador, por lo que no tienen a la justicia, no tienen la posibilidad de buscar otros trabajos. Sus derechos están siendo violados, pero tampoco tienen la opción realmente de salir de esa situación, porque básicamente están atrapados.
