En respuesta a los recortes de un 50% aplicados por el gobierno de Trump al Departamento de Educación de Estados Unidos, Tarah Demant, directora de programas de Amnistía Internacional EE. UU., ha declarado lo siguiente:
“Ante los recortes drásticos aplicados al Departamento de Educación de Estados Unidos por el gobierno del presidente Trump, le recordamos al gobierno estadounidense su obligación de garantizar que todas las personas que estudian en EE. UU. mantengan el a la educación en igualdad de condiciones; desmantelar el Departamento de Educación llevará a resultados opuestos.”
“El Departamento de Educación gestiona múltiples programas federales y supervisa la aplicación de protecciones de derechos civiles con vistas a garantizar que todas las personas que estudian, independientemente de su raza, género, riqueza, (dis)capacidad, condición migratoria, barrio de residencia y otros factores, no sean objeto de discriminación y puedan realizar su derecho humano a la educación. Aplicar recortes en el Departamento de Educación significa, entre otras cosas, debilitar estas protecciones para estudiantes de todo el país. El gobierno, al eludir su obligación de garantizar que todas las personas puedan realizar plenamente su derecho a la educación, es consciente de que la comunidad estudiantil marginada será la más perjudicada por esta medida.”
“Si bien la educación es un derecho humano en sí mismo, también es un derecho de empoderamiento, indispensable para la realización de otros derechos humanos, incluida la capacidad de participar activamente en la vida política del país.”
“Una ciudadanía culta solamente es una amenaza para un gobierno que pretende violar los derechos humanos. El gobierno de Trump debería centrarse en aumentar las protecciones y los recursos educativos en lugar de debilitarlos, así como comprometerse a luchar por los derechos humanos en vez de tratar de arrebatárselos a las personas.”
