Se sigue negando justicia, verdad y reparación a las familias de miles de víctimas del genocidio de Srebrenica, ha manifestado Amnistía Internacional hoy, cuando el mundo recuerda, 20 años después, la masacre, que se cobró más de 8.000 vidas. “Dos decenios después de que mundo apartará la vista del peor crimen cometido en suelo europeo desde 1945, las familias de las víctimas del genocidio de Srebrenica siguen esperando justicia”, ha señalado John Dalhuisen, director del Programa de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central. “Lejos de desvanecerse con el tiempo, la necesidad de que todas las autoridades de Bosnia y Herzegovina reconozcan y expíen estos crímenes es más urgente que nunca. Cuanto más disfruten los culpables de impunidad y más tiempo sigan los muertos en fosas comunes, más se infectará esta dolorosa herida, dando pábulo a las peligrosas y persistentes divisiones étnicas.” Veinte años después de que las fuerzas serbobosnias avanzaran sobre el enclave de Srebrenica, designado “zona segura” por la ONU, y ejecutaran sumariamente a miles de hombres y niños musulmanes bosnios (bosniacos), siguen sin conocerse la suerte y el paradero de más de 1.000 personas. Se han exhumado, identificado y enterrado los cadáveres de casi 7.000 víctimas del genocidio de Srebrenica, entre ellos los de 421 niños, incluido un recién nacido, y el de una mujer de 94 años. Siguen en marcha las labores de recuperación e identificación de alrededor de 1.000 más. En total, más de 8.000 personas de todo el país están “en paradero desconocido” desde que acabó la guerra en 1995 y el Instituto Nacional de Personas Desparecidas he visto recortar presupuesto año tras año. La Ley sobre Personas Desaparecidas no se ha aplicado jamás totalmente, por lo que las familias de las víctimas no han tenido a una reparación. Todavía tiene que establecerse un fondo de apoyo a las familias de las personas desaparecidas, pese a que la ley pertinente se promulgó en 2004. Las leyes y las políticas oficiales no reconocen el genocidio y ni siquiera los programas de estudios escolares contienen referencia alguna a los crímenes de Srebrenica. El proceso de reconciliación no ha avanzado y las divisiones internas persisten. Pese a los procesamientos de alto nivel de los principales artífices del genocidio de Srebrenica –Radovan Karadžiæ, Ratko Mladiæ y Slobodan Miloševiæ– en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y la sentencias condenatorias dictadas contra 74 personas más por el Tribunal, todavía hay número enorme de casos sin resolver. Los procesamientos por crímenes de derecho internacional en los tribunales nacionales son muy lentos. La gran mayoría de los presuntos responsables de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad disfrutan de impunidad, con la seguridad que les da saber que, sin voluntad política, jamás tendrán que rendir cuentas. Aunque Bosnia y Herzegovina ha tomado medidas positivas para aumentar los medios necesarios para enjuiciar los crímenes de guerra, la financiación es todavía insuficiente y el gobierno se ha demorado mucho en la aplicación de la estrategia nacional de enjuiciamiento de los crímenes de guerra. Tienen que iniciarse nuevas investigaciones y enjuiciamientos y que garantizarse la aplicación de programas de protección de testigos para que éstos puedan testificar sin temor. “Srebrenica es un cruel recordatorio no sólo de la depravación a que pueden llegar los seres humanos, sino también de la inacción de la comunidad internacional para impedir un genocidio que se cometió a plena vista”, ha afirmado John Dalhuisen. “Al cabo de 20 años, los líderes de Bosnia y Herzegovina se niegan a itir dónde están enterrados los cadáveres, metafórica y literalmente. Deben tomarse sin más demora medidas efectivas para aliviar el sufrimiento de quienes siguen esperando conocer la verdad y que se haga justicia. Sin rendición de cuentas, justicia y reparación, podría no lograrse jamás una reconciliación duradera.”
